Te retuerces,
me estrujas,
pierdes la razón.
Te muerdo, te rasguño,
me arrancas la oreja,
me quiebro el corazón.
Me penetras,
te escupo,
te saco los ojos,
mastico tus tripas
y las guardo en un cajón.
Bebes mi sangre,
quiero oír tu voz,
pido más sexo, más dolor.
Al final de este bello acto,
te irás con ella,
dormirás entre sus brazos,
mi imagen se desvanecerá...
Ni sangre, ni tripas,
ni orejas, ni corazón...
1 comentario:
Dolor y amor en su mera expresión. Te lo repito nuevamente, me gusta como escribes, precisamente las entrañas, son ricas en tus textos.
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