
Él va cruzando puentes,
dibujando escaleras,
buscando atajos
para alcanzar su destino,
y llegar al castillo
de la Princesa Limón.
Yo lo observo
desde esta ventana
carcomida por el tiempo
y el azar.
Sé que un día él —al igual que
los demás personajes—
dejará de pasar por aquí,
por eso contemplo su sonrisa,
me aprendo sus movimientos;
trazo su imagen
en el lienzo de mi memoria,
y con mis ojos capturo
un fragmento de su esencia.
2 comentarios:
nena, qué buen LOok! =) luce más vivo y hace más hermosa tu poesía.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS...
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