Escribo despierta y dormida;
enojada, contenta, triste.
Escribo con mis pies, manos,
lengua, entrañas, codos y alma;
sobre todo, escribo con mis ojos.
Escribo de lo que toco,
de lo que leo,
de lo que sufro,
y saboreo;
sobre todo, escribo de lo que veo.
Escribo para niñas,
personajes de cartón;
para el tiempo, el sauce, la lluvia
y para los que se han ido lejos;
sobre todo, escribo para mí.
Escribo con lo que tengo
y lo que soy;
consciente de mis elementos
y mis obstáculos,
consciente de que quiero
vivir escribiendo.
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