15 mayo, 2006

CATACLISMO

También están mis sórdidos instantes. Mi egoísmo colosal. La intensidad de las palabras, esas que nunca deberían pronunciarse —letal saliva —. Así surjo como la matrona de lo ambiguo, con mi enorme sortija de los errores y el vestido ideal de bruja. Con un cúmulo de sentimientos marchitos en la mirada y el instinto de supervivencia imperante. Recolectora de estiércol, mugre, grasa. Errante, lejos de la claridad. Sin tregua. Sin razón.

11 comentarios:

fgiucich dijo...

No, no creo que seas así. Abrazos.

vylia dijo...

Yo pienso que a veces estamos tan abajo de todo que cualquier cosa que pase, por terrible que sea, nos muestra una salida. A veces andamos rotos por la vida, durante instantes que piden a gritos ser regenerados. Ojalá encuentres a la razón, es traviesa y le gusta dejarnos solos de vez en cuando.

Un gran abrazo.

Indianguman dijo...

No sé si todos tenemos esos sórdidos instantes, pero al menos los míos se parecen mucho a los tuyos. Que por lo menos alimenten letras tan buenas como las tuyas

Un abrazote!

Cazadora de almas dijo...

Por lo menos, solo son eso, instantes...

Besitos!

Lety Ricardez dijo...

Me parece un texto excelente, pero un estado de ánimo nada envidiable querida Sovka.
La grandeza del escritor es extraer la luz de las profundidades abismales.

Un abrazo para tí

Rodolfo N dijo...

A veces esos sórdidos instantes, se potencian ,en la poesía...
Un abrazo

poesía cinética dijo...

Esos instantes los tenemos todos y todas, a mí qué me van a decir. Me gusta que aproveches esos instantes-estados de ánimo y les saques lo bueno que tienen, ése es el fin. Siéntete feliz, te quiero amiga.

இலை Bohemia இலை dijo...

ASí te sientes, pero luego te sacudes y compruebas que sigues teniendo luz bajo tus ropas...dentro de ti.
Besos

Cristina Castro Moral dijo...

momentos en trance...

Amapola dijo...

Me maravilla la fluidez descriptiva de tu escrito.
Cierto o no, lo haces genial

un beso

UMA dijo...

Eso sòlo me lo figuro en un cataclismo, y muy bien.
La aseveraciòn del mismo sòlo puede deberse a una gran honestidad,
a un reconocimiento de el propio ìntimo, tan inefable como falible.
Me maravillo, gracias.
Un besazo