24 junio, 2008

EN EL CAMINO

Al terminar el día se acercaron a ti.
Dijeron tu nombre en voz baja.
Intuiste lo que deseaban.
Te mojaste los labios y volteaste.
Eran siluetas difusas, que aún con el tiempo
no podrías describir con exactitud.
Tal vez hombres de arcilla
o bestias que mostraban febrilmente
sus lenguas rojas.
Te vendaron los ojos,
una carcajada flotó en el aire,
con ella se despedazaron tus esperanzas.

Despertaste. Estabas solo
en un sitio desconocido,
un olor agudo te entorpecía.
Sentiste que no podías llorar,
que nunca más lo harías.
Con dificultad encontraste el camino a casa,
varias veces te detuviste,
te seguían, podías ver las sombras,
pero al girarte se desvanecían.

6 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Hola Sovka.

El poema es bueno, otra vez y como siempre.

He tenido sueños parecidos, eso si, al despertar no había nadie, en tu poema es peor.

Un beso.

Camille Stein dijo...

una pesadilla que amordaza

una pesadilla que me atrapa de belleza

gracias, Sovka

un beso

vylia dijo...

Quizá te admiraban.

Un abrazo.

Yume dijo...

eso es sentir desesperación, y es cierto, que pasaría si no pudiesemos despertar deu na pesadilla, como escapar?

Un saludo un gusto visitarte =)

fgiucich dijo...

Los extraños símbolos que nos dejan los sueños. Abrazos.

Alfredo Godínez dijo...

Rato sin leernos, a veces es bueno tomar un receso de lectura para disfrutar más lo que de por sí es tremendo.
Qué bueno que sigas escribiendo tan hermoso!
Un abrazo
Fredo