Testimonio de una niña
que soñó que un día los muertos
irían por ella:
“Ese pájaro anunció
la llegada de días nauseabundos.
Fue noche de aguaceros.
De nubes gordas, maliciosas.
El terror derramándose.
Hierba creciendo entre mis dedos,
en el ombligo, en mis pupilas”.
El Dios no llegó,
no estaba de vacaciones,
no existió.
2 comentarios:
Los muertos no sé si vienen o es que no se van nunca, pasan de ocupar un espacio físico a uno mental, pero siempre están.
A veces acechando.
Un beso Sovka.
Dios se derrama
pero nunca llega a empapar
... muertos del todo o no, siempre acechan
un beso
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