Una dama que permanece bajo la lluvia.
Inmóvil.
Con los cabellos escurriendo de amargura.
Y las pestañas mojadas
como techos doblados por el agua.
Maga descolorida,
ex aspirante a mariposa.
Una enana deforme que escribe y no crece.
A veces un caballo manso.
O un pájaro accidentado,
con alas falsas, muy bien cosidas.
2 comentarios:
Las mariposas, como tú yo, a veces nos olvidamos de que podemos volar. Extrañaba leerte.
Yo extraño tu blog viejito :(
te abrazo :)
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