02 junio, 2005

LINTERNA

Volando hacia ti,
hacia tus ojos castaños
y tu pequeño corazón de hielo.
Buscándote en cualquier sitio.
Implorando tus piernas de trapo,
las que fueron parte de mi espacio.

¿A dónde fuiste niña mía?
¿Por qué te alejaste de mis brazos?
Has movido toda la tierra
para huir de este infierno.
Extranjera,
exiliada de ti misma,
un girasol muerto,
un pedazo de noche:
mi hogar.
Seguiré buscándote en
los pantanos, en los burdeles;
llevaré una linterna
entre mis manos,
para hallar tu risita,
tus manos que se parten
con el aire.
Te encontraré.
Serás mía otra vez,
e irremediablemente
nos volveremos a romper
el corazón.

1 comentario:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

hermosa, aún tienes corazón.