29 noviembre, 2005

ORÁCULO

Tú que me abandonaste
en medio del Apocalipsis
y cortaste mi cabeza
para alimentar a los buitres,
mereces que erija
una estatua de hiel en tu nombre,
que brujas y demonios
lleven tu alma a un viaje terrorífico.
Auguro que te casarás con una serpiente
de aspecto marmóreo,
que absorberá tu alma flaca en un beso
y te despojará de la vanidad.
Presiento que no soportarás tanto azoro,
que te dolerán las venas de tanto llorar.
Suplico que antes de que llegue tu final,
vengas a morderme las uñas por última vez,

entonces, con infinita ternura,
te diré al oído:
—Que descanses en paz.

3 comentarios:

Alfredo Godínez dijo...

Saludos desde las tierras tapatìas, a estas horas he leìdo tu blog y me gusto la nueva imagen. Màs juvenil. Una abrazo chamaca y cada dìa me convenzo más de que escribes bien y no sé que haces leyendome, esre buena.
Un abrazo siempre poblano, pero desde las jalicienses tierras.

இலை Bohemia இலை dijo...

Pero todo eso dicho sin rencor... ¿no?

;O)

Saludos!!!

Nidesca dijo...

Qué crueldad tan exquisita.
Tú naciste poeta.