Tu arrepentimiento
no me sirve,
ni me da cosquillas.
El recuerdo ya no es grato,
es un lastre, una pesadilla.
Mis ojos estuvieron
llenos de vaho,
mis manos congeladas.
Mis piernas enloquecidas
caminaron, durante años,
sin dirección.
Escribí cartas otorgándote
el perdón, el permiso
para volver a la historia,
pero no regresaste.
Ahora soy yo quien lo dice:
—No es divertido amar a
quien no te ama,
ni esperar a
quien ya te olvido.
4 comentarios:
Que triste Sovka. Pero a veces es la decisión más necesaria. Tienen su oportunidad, su tiempo, un corazón. Que lo usen y no hieran. Un gran abrazo.
Hay momentos de la vida donde el arrepentimiento no sirve para nada. Abrazos.
Muy duro. Suerte en eso de los amoríos.
Un abrazo.
Muy interesantes tus palabras.
Un abrazo.
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