Gracias a la naturaleza, dios , alá, zeuz o lo que sea, cambiamos. Creo que es lo que más me gusta de la vida. " Los hombres nacen suaves y flexibles. En la muerte son rígidos y duros.Las plantas nacen tiernas y dóciles. Entonces cualquiera que sea rígido e inflexible es un dicípulo de la muerte. Cualquiera que sea suave, abierto, flexible, es un dicípulo de la vida"
como si nunca fuera el momento adecuado, ni nosotros los protagonistas... sólo la sensación que invade los ojos, como cegadora luz azul a la que no hemos sido invitados
15 comentarios:
Y somos afortunados por eso.
Un abrazo.
Uno nunca sabe cuando es el momento adecuado de nada...
Besossss, Svoka
Gracias a la naturaleza, dios , alá, zeuz o lo que sea, cambiamos. Creo que es lo que más me gusta de la vida.
" Los hombres nacen suaves y flexibles. En la muerte son rígidos y duros.Las plantas nacen tiernas y dóciles. Entonces cualquiera que sea rígido e inflexible es un dicípulo de la muerte. Cualquiera que sea suave, abierto, flexible, es un dicípulo de la vida"
Vaya si cambia nena, ¿anduviste de paso por mis días? los has narrado de forma increíble, y nosotras aquí abajo, bailando sobre comas...
besos, Sovka.
Hola Sovka, me gusta tanto desentrañarte...., no sé si lo consigo, pero intentándolo me encuentro bien.
Besos.
Wow! Siempre escribiendo bien.
Un abrazo.
Igual no llegas tarde, igual todo va demasiado deprisa en esta realidad cambiante...
El momento ideal no existe, hay que inventarlo.
La vida no para de girar y sorprendernos.
Besos cercanos :)
Si no es el momento adecuado no llegas tarde ni antes de tiempo. Simplemente no es tu hora.
Abrazos.
siempre llegó aquí y el sentimiento se transforma en belleza.
besos
hola sovka! ya te extrañaba
y si e?
Cuántas veces llegamos tarde y nos encontramos que la tierra tiembla. Abrazos.
La vida cambia, los sentimientos...
Besos
Cada vez que te leo me gustan más tus textos
por cierto ¿cual es el tiempo exacto?
como si nunca fuera el momento adecuado, ni nosotros los protagonistas... sólo la sensación que invade los ojos, como cegadora luz azul a la que no hemos sido invitados
un beso
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