16 noviembre, 2006

LEJOS

¿Llego tarde?

No sé cuál es el momento
adecuado para hablar.
Tu sombra me abraza,
pero tus miradas vagan
muy lejos de mí.

La tierra está temblando,
un sentimiento azul parpadea.

La vida cambia todos los días…

15 comentarios:

vylia dijo...

Y somos afortunados por eso.

Un abrazo.

Marga dijo...

Uno nunca sabe cuando es el momento adecuado de nada...

Besossss, Svoka

Anónimo dijo...

Gracias a la naturaleza, dios , alá, zeuz o lo que sea, cambiamos. Creo que es lo que más me gusta de la vida.
" Los hombres nacen suaves y flexibles. En la muerte son rígidos y duros.Las plantas nacen tiernas y dóciles. Entonces cualquiera que sea rígido e inflexible es un dicípulo de la muerte. Cualquiera que sea suave, abierto, flexible, es un dicípulo de la vida"

Lala dijo...

Vaya si cambia nena, ¿anduviste de paso por mis días? los has narrado de forma increíble, y nosotras aquí abajo, bailando sobre comas...
besos, Sovka.

TORO SALVAJE dijo...

Hola Sovka, me gusta tanto desentrañarte...., no sé si lo consigo, pero intentándolo me encuentro bien.

Besos.

Anónimo dijo...

Wow! Siempre escribiendo bien.
Un abrazo.

இலை Bohemia இலை dijo...

Igual no llegas tarde, igual todo va demasiado deprisa en esta realidad cambiante...

Princesa dijo...

El momento ideal no existe, hay que inventarlo.
La vida no para de girar y sorprendernos.
Besos cercanos :)

Anónimo dijo...

Si no es el momento adecuado no llegas tarde ni antes de tiempo. Simplemente no es tu hora.

Abrazos.

Nidesca dijo...

siempre llegó aquí y el sentimiento se transforma en belleza.

besos

Anónimo dijo...

hola sovka! ya te extrañaba

y si e?

fgiucich dijo...

Cuántas veces llegamos tarde y nos encontramos que la tierra tiembla. Abrazos.

Rodolfo N dijo...

La vida cambia, los sentimientos...
Besos

Lety Ricardez dijo...

Cada vez que te leo me gustan más tus textos
por cierto ¿cual es el tiempo exacto?

Camille Stein dijo...

como si nunca fuera el momento adecuado, ni nosotros los protagonistas... sólo la sensación que invade los ojos, como cegadora luz azul a la que no hemos sido invitados

un beso