Antes de dormir Abril
le quita el traje índigo al amor,
le limpia toda realidad
y lo envuelve
con una sabana blanca,
para después guardarlo
en un frasco con formol.
Dicen por la avenida
que Abril es una niña rara,
porque vive entre sueños,
dibujando una luna
que no es de queso ni de sal;
porque se pone
dos cerezas en las orejas,
para oír todo diferente
y respira por el lunar lavanda
que tiene bajo el ombligo.
Abril se ríe cuando
el sol va saliendo,
suspira, se da prisa,
viste al amor y lo lleva
a pasear por la avenida.
La sangre corre rápido
por sus venas.
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